En los nuevos escenarios, por los cuales circulamos, se pueden hermanar tres aspectos que matizan por su importancia el desarrollo y crecimiento de los países: La globalización, el permanente cambio del contexto y la valoración del conocimiento.De hecho hablamos permanentemente de globalización de la economía y muchos debates se han generado al respecto y corrido ríos de tinta, olvidando que a través de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, el conocimiento ya se globalizó. Vivimos y estamos en la última moda del conocimiento; información en tiempo real, redes especializadas, tecnologías ubicuas y otras tantas que estos medios nos permiten hoy día.
Pero igual llego el momento de introducir en nuestras empresas, para que sean competitivas la Gestión del Conocimiento, la gestión del cambio de actitud y el conocimiento como tecnología blanda.
En esta nueva economía la base para la creación de empleos y altos estándares de vida son las ideas innovadoras y la tecnología contenida en el funcionamiento de una organización que proporciona servicios y productos, en otras palabras, la nueva economía está basada en ideas y conocimiento.
Brota entonces la pregunta elemental, que surge de la admisión del axioma anterior. ¿Cómo se ve afectada la dinámica económica ante la prominencia de elementos intangibles como lo son las ideas y el conocimiento? Míldred Garcés Fuentes y, Ricardo Flores Zambada, expresan lo siguiente: “…Para abordar este interrogante, primeramente se desarrollan las características que están dando forma a la nueva economía. Posteriormente se revisa la teoría económica tradicional identificando sus principios y reglas para entender el crecimiento económico. Es importante señalar que el conocimiento no es nuevo en la teoría económica, mas sin embargo, su papel está cambiando dramáticamente”.
Ya habrá tiempo para explicar todos los fundamentos de esta teorías, muy especialmente la que atañe a la Economía de las Ideas, que tanto defiende Paul Romer.
